La gala de los Globos de Oro ha desplegado esta madrugada la primera alfombra roja del año, un escenario en el que se han podido ver looks deslumbrantes, pero también otros menos acertados. Actores, actrices, modelos y otros artistas han posado ante los flashes de las cámaras, pero muchos de ellos lo han hecho con modelos de dudoso gusto.
Ese ha sido el caso, por ejemplo, de Jennifer Lopez. La cantante y actriz apareció con un gran vestido dominado por un imponente lazo en color dorado, verde y blanco que emulaba el envoltorio de un regalo navideño. Adecuado a las fechas, pero exagerado.
Tampoco acertó Gwyneth Paltrow, otro de los grandes nombres de Hollywood, con un vestido de transparencias y reminiscencias ‘hippies’ que resultó insulso.
En otra línea, también erró Salma Hayek, excesivamente encorsetada en su exuberancia. Y también tuvo problemas con las dimensiones y proporciones del vestido Sienna Miller, por partes demasiado ceñido y atrevido o demasiado holgado e incluso anodino.
Taylor Swift, también en la misma lista, apostó por un look floral que no parecía encajar ni con su perfil ni con el del evento al que acudía. Y Michelle Williams pudo tener tino con el corte de su vestido, pero no con el color, poco favorecedor.
Entre los hombres, no fue especialmente brillante el look de Jason Momoa, que junto a Lisa Bonet fue fiel a su estilo, pero que no dejó ninguna impronta en la alfombra roja.
Más desacertado resultó el estilo modelo de Sacha Baron Cohen, que eligió un estridente azul eléctrico, o el de Seth MacFarlane, con un traje negro que destilaba algo de funerario.
Especialmente llamativo fue el estilismo del artista Billy Porter, que sorprendió con una imagen rompedora, una chaqueta de cola de plumas poco convincente.