"Desde que hice Grupo 7 no ha parado de sonar el teléfono"

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Joaquín Núñez nació en el barrio de la Trinidad, de Málaga– "como Chiquito de la Calzada", señala– y tras estudiar arte dramático se alistó en acuario Teatro y siguió formándose. Hasta que en 1987 montó su primera compañía, Chirimoya Teatro.

Ahora su empresa teatral tiene otro nombre, Imagine, –"como la canción de Lennon"–, aunque su dedicación a las tablas ha cambiado desde que apareció en su vida 'Grupo 7', película por la que opta a un Goya. Joaquín Núñez ahora tiene dos filmes en cartera: '¿Quién mató a Bambi?', de Santi Amodeo, y 'Caníbal', de Manuel Martín Cuenca.

-¿Cómo recibió la noticia de su candidatura?

-Estaba viendo la lectura de los nominados por internet. Me estaba riendo mucho con Antonio de la Torre, que estuvo genial. Cuando llegó la categoría de mejor actor revelación, presté oído y al escuchar mi nombre me lo tomé con tranquilidad. Me dije: "¡Bien! Perfecto. Ya estoy en la alfombra roja".

-¿Esperaba estar ahí?

-Todo el mundo me lo estaba diciendo. Los compañeros, los amigos... No paraban de enviarme mensajes... La verdad es que estaba muy ilusionado y motivado porque el personaje de Mateo tiene mucho gancho.

-¿Cómo llegó el personaje de Mateo a su vida?

-A través de un casting en el que solicitaban personas de entre 30 y 45 años, sin ninguna otra especificación más. Me presenté y, una vez allí, no me pidieron leer ningún texto ni hacer ninguna escena, sólo contar alguna anécdota simpática de mi vida a la cámara. La cosa que tengo con los casting, y me lo dicen mis compañeros, es que no voy tenso ni nervioso por conseguir un papel, que por otra parte es lo normal. Para mí hacer un casting es un juego muy divertido y yo voy a pasármelo bien. Sea lo que sea, si hago algo, tiene que ser algo con lo que disfrute. Lo que ocurrió es que, precisamente, lo que andaban buscando era un actor dicharachero, divertido y gracioso. Las chicas de casting de Málaga, según me contaron luego, lo tuvieron claro y le dijeron a Gervasio Iglesias y a Alberto Rodríguez –productor y director de 'Grupo 7', respectivamente– que tenían un diamante en potencia. Entonces me mandaron para Sevilla y allí sí que hice una secuencia con Antonio de la Torre, que me daba la réplica. Y me volví para Málaga. Hasta que sonó el teléfono.

-Y así entró en el mundo del cine...

-Sí, antes había realizado algunos cortos, como Cinema Parabicho y Kitt Resurrection, y un papelito muy cortito en la película 'Los minutos del silencio', de Rafatal. Y poco más. Pero llevo 35 años haciendo teatro, escribiendo guiones y dirigiendo obras con Imagine Teatro, mi compañía.

-¿Cree que supondrá un vuelco a su carrera optar a un Goya?

-Claro. Significa reconocimiento tanto por parte de los miembros de la academia como por los críticos y los propios compañeros, que me han estado felicitando por este trabajo antes y después de la nominación. Algunos cambios ya habrá notado... desde que 'Grupo 7' se estrenó en abril del año pasado, el teléfono no ha parado de sonar. Empecé haciendo un capítulo de 'Arrayán', después me llamaron para hacer 15 capítulos de 'El secreto de Puente viejo'. Estuve en 'Aída' y después en 'Cuéntame', donde participo en siete capítulos de la nueva temporada que comienza ahora.

-¿Se ve con el cabezón en la mano y dando las gracias?

-Claro. Otra cosa es que digan mi nombre. Para mí, el trabajo que hacemos los actores no es clasificable en mejor o peor. En mi caso, el papel de Mateo es un joya en sí. Yo felicito primero a Rafael Cobos y a Alberto Rodríguez –ambos autores del guión– por el dibujo de este personaje, que estaba desde el guión muy bien definido y muy coloreado; con muchos matices. Ojalá siempre me den papeles como éste, con los que se puede trabajar desde tantos puntos diferentes. Lo más importante de este trabajo es que es como un juego: te dan unas cartas y lo que tenes que hacer es jugarlas. Como el póquer. Lo que ha pasado con 'Grupo 7' es que a mí me han tocado unas cartas buenísimas. era un repóquer. Yo no he tenido que jugar prácticamente. Sólo apostar a ganar. Pensemos en positivo y que se lo dan.

-¿A quién se lo dedicará?

-A Julia, mi mujer. Una mujer encantadora con una fuerza bestial y siempre sonriente.

-Viendo ahora el futuro en el cine mucho más coloreado, ¿qué sueño le gustaría cumplir?

-Trabajar con Stanley Kubrick no va a poder ser... [risas]. Almodóvar también me gusta mucho: le saca un partido a los actores impresionante. También me gustan mucho Fernando León de Aranoa y Woody Allen. Y ahora voy a trabajar en '¿Quién mató a Bambi? ', la nueva película de Santi Amodeo, que me parece un director muy interesante.