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Así nació la estatuilla

Oscar mide poco más de 34 centímetros y pesa unos cuatro kilos. Siempre ha mantenido el mismo diseño, aunque ha sufrido algún cambio a lo largo de su historia. Fue Margaret Herrick quien la bautizó por su parecido a su tío Oscar
Así nació la estatuilla
Estatuillas de los Oscars / Scott Olson/Getty Images

Toda entrega de premios que se precie debe tener un trofeo que la identifique, y la ceremonia que organiza la Academia de Hollywood no iba a ser menos. ¿Quién no conoce a Oscar?

Su figura representa a un caballero armado con una espada que aguarda de pie sobre un rollo de película con cinco radios. Cada radio simboliza una de las cinco ramas originales de la Academia: actores, guionistas, directores, productores y técnicos.

Creada en 1928, esta estatuilla fue diseñada por Cedric Gibbons, director artístico de Metro Goldwyn Meyer, aunque fue el artista George Stanley quien la esculpió.

Oscar mide poco más de 34 centímetros y pesa unos cuatro kilos. Siempre ha mantenido el mismo diseño, aunque ha sufrido algún cambio a lo largo de su historia. De entrada, el material con el que se fabrica: en sus orígenes, la estatuilla era de bronce macizo bañado en oro, pero poco después pasó a elaborarse en una aleación que permitía darle un acabado pulido.

Entre 1942 y 1944, los Oscar se fabricaron excepcionalmente en yeso: eran tiempos de guerra... Una vez superada la crisis, sus dueños pudieron cambiar esos premios temporales por las clásicas estatuillas doradas.

Por otra parte, las figuras no siempre han llevado número de serie en la base. Empezaron a ser numeradas en 1949, y se tomó el nº 501 como punto de partida.

Cada año se fabrican entre 50 y 60 estatuillas: las que no cumplen todos los controles de calidad son partidas y fundidas de nuevo. Se calcula que para fabricar un Oscar se necesitan 12 personas que tardan unas 20 horas en elaborarla.

En un principio, el premio no tenía nombre, y tanto la prensa como la gente de la industria se refería a ella como "la estatuilla de la Academia", "el trofeo dorado" o "la estatuilla al mérito".

Dicen que fue Margaret Herrick, bibliotecaria de la Academia y más tarde directora ejecutiva, quien "bautizó" a la figura como Oscar. Al parecer, Herrick comentó que el caballero de la espada le recordaba a su tío Oscar, y desde entonces la Academia empezó a referirse a ella de esa manera.

El nombre se hizo popular en 1934, cuando Sidney Skolsky lo usó en su columna periodística para hablar del premio a la mejor actriz para Katharine Hepburn. Aunque la Academia no lo empleó de forma oficial hasta 1939.