Para creérselo

Cosas extrañas de los Oscars
Para creérselo...
Woody Allen ha recibido más de 10 nominaciones (casi todas como escritor) a los premios, y nunca ha asistido a la ceremonia de los Oscar / Chris Pizzello

El hecho de que Woody Allen ha recibido más de 10 nominaciones (casi todas como escritor) a los premios, y nunca ha asistido a la ceremonia de los Oscar porque ésta se celebraba siempre el lunes por la tarde y él, ese día, siempre iba a su club a tocar música con su clarinete, incluso en la ceremonia de los Oscar de 1977 en la que le fueron concedidos 4 de los 5 para los que estaba nominado (el único que le faltó fue el de mejor actor).

Walter Brennan es el actor ganador de 3 Oscar en el apartado de Actores de Reparto. Hasta el año 1998 era el actor más galardonado, pero hoy en día sigue teniendo un record, el de conseguir 3 Oscar en 4 años. Por ello es conocido por el "secundario de oro de Hollywood".

El compositor Alfred Newman ha sido nominado 45 veces. John Williams le sigue con 38 nominaciones.

En toda la historia, sólo dos personas han rechazado un premio de la academia. Ambos actores. George C. Scott se negó a aceptarlo en 1970 porqué, según declaró, detestaba a su personaje en Patton, película por la que se le premiaba. El otro caso lo protagonizó Marlon Brando, que no sólo rechazó su premio de 1972 por la película El padrino, sino que como gesto de protesta envió a la ceremonia a una mujer india para que diera un discurso sobre el mal trato que recibía la comunidad de indios nativos por parte de Hollywood y el gobierno. Luego se supo que la india no era tal, sino una actriz interpretando el papel... nada raro tratándose de Hollywood.

En 2001, para no alargar la gala, la Academia anunció que premiaría al discurso más corto con un equipo de TV. Pero a Julia Roberts no le tentó la idea y cuando subió al escenario dijo: "Qué demonios, yo ya tengo tele, y como no sé si voy a volver a estar aquí arriba en toda mi vida, me voy a tomar el tiempo que necesite para agradecer el premio a quien quiera". El equipo se lo llevó Michael Dudok de Wit, que habló durante 18 segundos cuando recogió el Oscar al corto de animación.

En 1993, Tom Hanks dedicó por sorpresa su premio a su profesor de teatro del instituto, que había sido una gran inpiración para su papel en Philadelphia, ya que era gay. La anécdota se convirtió luego en la base de la comedia In & Out, protagonizada por Kevin Kline.

La actriz Greer Garson tiene el récord del discurso de agradecimiento más largo de la historia de las ceremonias. Al recoger su premio por su trabajo en La señora Miniver, en 1942, Garson se lo tomó con calma y se pasó la friolera de siete minutos agradeciendo su premio. No es de extrañar que luego la academia lo haya probado todo para intentar acortar los discursos de los vencedores, desde la banda interrumpiendo los discursos hasta el micrófono-elevador que desaparece a los pies del impávido vencedor.

En 1968 se produjo el único empate en la votación para otorgar el premio a la mejor actriz, lo que resultó en la entrega del premio compartido para Katharine Hepburn por El león en invierno y Barbara Streisand por Funny Girl. El único otro empate en el apartado actoral se produjo en 1931 entre Frederick March por Dr. Jeckyll y Mr. Hyde y Wallace Beery por El campeón.

En 1973, Robert Opal interrumpió la ceremonia cruzando desnudo el escenario de la gala. El presentador David Niven, atónito, supo salir del paso improvisando: “Piensen, las únicas risas que va a provocar este hombre en su vida serán por desnudarse y mostrar sus carencias”.

En 1956, durante el periodo de la caza de brujas del senador McCarthy, cualquier nominado miembro del partido comunista o que se negara adeclarar ante el Comité de Actividades Anti-norteamericanas era declarado no-elegible para el Oscar. La regla permaneció vigente durante dos años.

El resultado de las votaciones no siempre ha sido secreto. Al principio, los ganadores se daban a conocer previamente para que la prensa pudiera incluirlos esa misma noche en su última edición. En 1940, un periódico se adelantó y los anunció por la tarde, con lo que los invitados conocieron los resultados antes del banquete. Entonces se pasó al voto secreto.

La primera ceremonia no tuvo cobertura en directo a través de los medios de comunicación. Pero aquel acto despertó un gran interés entre el público, por lo que de cara a la segunda edición una emisora de radio local de Los Angeles decidió dedicarle un especial de una hora. Desde entonces, los premios han sido retransmitidos en directo.

Al principio, los premios abarcaban las películas estrenadas entre agosto de un año y julio del siguiente; en 1934, se pasó a los años naturales (de enero a diciembre). En 1930 se celebraron dos ceremonias: el 3 de abril se premiaron los films estrenados entre agosto de 1928 y julio de 1929, y el 5 de noviembre los comprendidos entre agosto de 1929 y julio de 1930. Coincidiendo con el cambio de sistema, la ceremonia saltó un año en 1933.

Las primeras entregas de los Oscar tuvieron lugar durante banquetes en hoteles de Los Angeles. Esa costumbre acabó en 1943: la guerra y el aumento de asistentes hizo que fuera imposible seguir celebrándolos. Desde entonces, las ceremonias se hacen en teatros.

En 1973, Marlon Brando recibió el Oscar por El padrino, pero el actor se negó a aceptarlo porque decía que Hollywood discriminaba a la población india. Ni siquiera acudió a la ceremonia: en su lugar recogió el premio Sacheen Littlefeather, una mujer india que más tarde sería conocida en la gran pantalla como la actriz californiana Maria Cruz.

Katharine Hepburn es la actriz más reconocida en los Oscar, con 12 nominaciones y 4 premios. Sin embargo, sólo acudió a la gala una vez, y no para recoger una estatuilla: en 1974, subió al escenario para entregar un premio honorífico al productor Lawrence Weingarten.

Tres films españoles han triunfado en los Oscar como mejor película de habla no inglesa: Volver a empezar (1982), Belle époque (1993) y Todo sobre mi madre (1999). Esta última pasará a la historia por el "Peeedrooo" de Penélope Cruz cuando descubrió a Almodóvar como ganador, y por el repaso al santoral del director manchego cuando agradeció el premio.

Almodóvar volvió a hacer historia en 2003, cuando fue nominado al Oscar al mejor director y al mejor guión original por Hable con ella. Era la primera vez que sucedía algo similar en el cine español... Para más honra, el director se llevó el premio al mejor guión.

En 2001, para que la gala no se alargase -la anterior duró más de cuatro horas-, la Academia anunció que premiaría al discurso más corto con un equipo de TV. Pero a Julia Roberts no le tentó esa idea, ya que cuando subió al escenario dijo: "Qué demonios, yo ya tengo tele, y como no sé si voy a volver a estar aquí arriba en toda mi vida, me voy a tomar el tiempo que necesite para agradecer el premio a quien quiera". El equipo se lo llevó Michael Dudok de Wit, que habló durante 18 segundos cuando recogió el Oscar al corto de animación.

La cantante Björk estuvo nominada al Oscar a la mejor canción original por Bailando en la oscuridad, y actuó en la ceremonia del 2001. Acudió a la gala con un curioso vestido en forma de cisne, y en su paso por la alfombra roja se lo levantó y "puso" un huevo.

Sólo una vez se ha suspendido el habitual desfile de estrellas por la glamourosa alfombra roja previo a la gala. Fue en 2003: acababa de estallar la guerra contra Irak y los organizadores de la ceremonia pensaron que lo más adecuado era restar frivolidad al acto.

Varias mujeres han participado en la gran noche de los Oscar presentando parte de la gala. Pero hasta 2002 Whoopi Goldberg es la única que ha actuado como maestra de ceremonias en exclusiva. Y lo ha hecho en cuatro ocasiones.

En 2000, la ceremonia se inauguró con un montaje de escenas de películas clásicas nominadas en otras ediciones, en las que se había incluido digitalmente al presentador Billy Crystal. El actor aparecía con Don Corleone en El Padrino o cantando en West Side Story.

En 2001, el presentador Steve Martin leyó una supuesta nota del FBI en la que se decía que Tom Hanks era el responsable de las amenazas de secuestro recibidas por Russell Crowe días antes de la gala (los dos estaban nominados al mejor actor). Hanks siguió la broma, puso cara de avergonzado y le murmuró a su mujer: "Te dije que lo iban a descubrir".

El pato Donald fue uno de los presentadores de la ceremonia en 1958. Otros personajes animados han participado también en la gala: en 2002 pudimos ver cómo algunos protagonistas de las películas de animación nominadas (Shrek, Sulley, Jimmy Neutron...) estaban sentados entre los asistentes, a la espera de saber quién de ellos se llevaba el Oscar. And the winner was... Shrek.

Bob Hope puede ser considerado como el maestro de ceremonias por excelencia de los Oscar. Este actor y cómico posee el record de intervención en la conocida gala: la presentó nada más y nada menos que en 17 ocasiones, entre las décadas de los 40 y de los 70.

A Woody Allen le han dado tres Oscars: por Annie Hall (1977) como director y como guionista, y por Hannah y sus hermanas (1986) como guionista. Aunque si tenemos en cuenta que ha sido nominado en 20 ocasiones (11 de ellas como guionista), ese número queda escaso... Sólo una vez le han propuesto al Oscar al mejor actor, por su trabajo en Annie Hall: fue la única estatuilla que no obtuvo la película entre todos los premios a los que optaba.

Cary Grant es una de las grandes estrellas olvidadas por la Academia de Hollywood. Le nominaron al mejor actor por Serenata nostálgica (1941) y Un corazón en peligro (1944), pero no obtuvo la estatuilla por ninguna de las dos. Lo curioso es que años más tarde le dieron un Oscar honorífico por su "maestría única en el arte de la interpretación cinematográfica".

A Orson Welles se le considera uno de los grandes maestros del cine. Director, guionista, actor, productor... Tocaba todas las facetas, pero en ninguna de ellas recibió el reconocimiento que se merecía. Sólo le concedieron un Oscar, por el guión de Ciudadano Kane (1941). De hecho, fue el único premio que se llevó esta película, que partía con nueve nominaciones. Eso sí: Welles tuvo su correspondiente Oscar honorífico 30 años después.

El color púrpura (1985), de Steven Spielberg, figura como una de las mayores perdedoras en la historia de los Oscar. Consiguió 11 nominaciones pero no se llevó ni un Oscar. Lo mismo le sucedió a Paso decisivo (1977), de Herbert Ross. Otra gran olvidada fue Qué bello es vivir (1946), que con cinco nominaciones -entre ellas película, director y actor- no recibió estatuillas.

Stanley Kubrick recibió 13 nominaciones: cuatro de ellas fueron al mejor director y otras cinco al mejor guión. En cambio, el único Oscar que se llevó fue por los efectos especiales de 2001: Una odisea del espacio (1968). Dicen que su manera de ser y su alejamiento de los circuitos comerciales de Hollywood le hicieron quedarse a las puertas de los premios de la Academia.

Tampoco James Stewart tuvo mucha suerte en los Oscar: sólo recibió una estatuilla al mejor actor por su papel en Historias de Filadelfia (1940), aunque estuvo nominado en otras cuatro ocasiones. Quizás como compensación, acabaron dándole un Oscar honorífico "por sus 50 años de interpretaciones memorables".

Charles Chaplin nunca recibió una estatuilla por su trabajo como director o como actor. Pero con él la Academia fue más generosa, ya que le concedió dos premios honoríficos: uno por su genio y versatilidad al actuar, escribir, dirigir y producir El circo (1928); y el segundo por contribuir a hacer del cine la forma de arte del siglo XX. Además, recibió cinco nominaciones, una de las cuales le valió un Oscar en 1973 a la mejor música por Candilejas (1952).

Ni un solo Oscar ha conseguido hasta el momento Martin Scorsese, y eso que se le considera uno de los mejores directores del cine actual. Ha recibido cuatro nominaciones como realizador y dos como guionista. Una de sus películas más reconocidas fue Taxi Driver (1976), que se hizo con cuatro nominaciones (ninguna al mejor director) pero no ganó ningún Oscar. Algo similar ocurrió con Gangs of New York (2002), que recibió 10 candidaturas y ninguna estatuilla.

Recompensar a un actor con un premio honorífico después de toda una carrera de nominaciones pero ni un solo Oscar parece algo habitual en la Academia. Por esa experiencia pasaron Greta Garbo, Kirk Douglas, Deborah Kerr o Gene Kelly. Y entre los directores, están en esa misma situación Ernst Lubitsch y Howard Hawks.