Pocos actores reúnen el magnetismo y la capacidad de seducir por igual a directores, crítica y taquillas como Leonardo DiCaprio. Es otro de los actores que, al igual que Brad Pitt y Johnny Depp, optó por sacudirse de en medio la etiqueta de 'sex-symbol' antes de que ésta se le convirtiese en un estigma que le impidiese hacer evolucionar su carrera. Títulos como 'Infiltrados', 'Revolutionary Road' y 'Origen' le han valido multitud de elogios, pero el Oscar se le resiste. Y eso que acumula tres nominaciones. El propio DiCaprio parece tomárselo con paciencia y nunca se le ha escuchado un gesto que denote ansiedad por llevarse la estatuilla. ‘El lobo de Wall Street’ figura en el horizonte como su aval definitivo.
El actor, a punto de cumplir en 2014 los 40 años, ocupó los rumores de Hollywood cuando hace unas semanas se dijo que una de las estatuillas que se repartirá en la gala de entrega ya llevaba inscrito su nombre, aunque posteriormente se informó de que se había hecho algo parecido con todos los nominados. No obstante, en esta ocasión sí parece que es el principal favorito, puesto que se llevó el Globo de Oro en la categoría de mejor actor.
La primera de las nominaciones de DiCaprio vino en 1993 en la categoría de mejor actor secundario, por su recordado papel en '¿Quién ama a Gilbert Grape?', del sueco Lasse Hallström. En 2004 fue nominado en la categoría de mejor actor por su papel en 'El Aviador', de su gran amigo Martin Scorsese, pero el premio fue en esa ocasión para Jamie Foxx. Y en 2006, su actuación en la irregular 'Diamante de sangre' le valió otra nominación, aunque en esa ocasión partía con muchas menos opciones.
DiCaprio ha protagonizado otras películas que le han valido el aplauso de la crítica, pero que han pasado inadvertidas para los académicos, como 'Gangs of New York', 'Infiltrados' y 'Origen'. Ahora, su papel en ‘El lobo de Wall Street’ parece el respaldo defnitivo para un premio que reconocería una de las carreras con mayor evolución de las últimas décadas.