La alfombra roja de los Oscars tuvo, como todos años, decepciones. Rozando lo cursi resultó el modelo de Cate Blanchett, un vestido verde agua con la falda salpica de flores bordadas sobrepuestas de Armani Prive.
Más contenida que en otras ocasiones y a punto de caer en la lista de peor vestidas, Lady Gaga piso la alfombra roja con un diseño pantalón con cola y escote generoso diseñado por Brandon Maxwell.
También de Chanel fue la creación elegida por la joven Daisy Ridley, la nueva heroína de "Star Wars", un vestido de tirantes con escote en uve cuajado de pequeñas flores.
Entre los diseños más desafortunado de la noche brilló el vestido metálico negro de Kate Winslet, un modelo palabra de honor que no le favorecía nada.
Tampoco acertó la modelo Heidi Klum que llegó a la gala con un vestido de gasa coloreados en tonos malvas y morado con un hombro descubierto de Marchesa Fashion.
La diseñadora de vestuario Sandy Powell, que llegaba con dos nominaciones, hizo un guiño a la estética de David Bowie con un traje de chaqueta en verde, quizá más propio para lucir en una discoteca.
Ataviada con un vestido negro, Whoppi Goldberg no acertó, como tampoco lo hizo Patricia Arquette con un palabra de honor que remarcaba su anatomía.